China sanciones estados unidos

Sanciones de Hong Kong

Las sanciones económicas se utilizan cada vez más para promover toda la gama de objetivos de la política exterior estadounidense. Sin embargo, con demasiada frecuencia las sanciones resultan ser poco más que expresiones de las preferencias estadounidenses que perjudican los intereses económicos de Estados Unidos sin cambiar el comportamiento del objetivo para mejor. Por regla general, las sanciones deben ser menos unilaterales y centrarse más en el problema en cuestión. El Congreso y el poder ejecutivo tienen que instituir una supervisión mucho más rigurosa de las sanciones, tanto antes de adoptarlas como con regularidad después, para garantizar que los beneficios esperados superen los costes probables y que las sanciones logren más que otras herramientas alternativas de política exterior.

El uso generalizado de las sanciones económicas constituye una de las paradojas de la política exterior estadounidense contemporánea. Las sanciones son frecuentemente criticadas, incluso ridiculizadas. Al mismo tiempo, las sanciones económicas se están convirtiendo rápidamente en la herramienta política preferida de Estados Unidos en el mundo de la posguerra fría. En la actualidad, Estados Unidos mantiene sanciones económicas contra docenas de países; de hecho, las sanciones son tan populares que están siendo introducidas por muchos estados y municipios. Por otra parte, lo fundamental no es sólo la frecuencia con la que se utilizan las sanciones económicas, sino su creciente importancia para la política exterior de Estados Unidos.

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Guerra entre Estados Unidos y China

El 7 de octubre de 2022, la administración Biden anunció una nueva política de control de las exportaciones a China de tecnologías de inteligencia artificial (IA) y semiconductores. Estos nuevos controles -un auténtico hito en las relaciones entre Estados Unidos y China- ofrecen la imagen completa después de que una revelación parcial a principios de septiembre generara confusión. Durante semanas, el gobierno de Biden ha recibido críticas en muchos sectores por una nueva ronda de restricciones al control de las exportaciones de semiconductores, revelada por primera vez el 1 de septiembre. Las restricciones impiden a los principales diseñadores de chips informáticos para IA de Estados Unidos, como Nvidia y AMD, vender sus chips de alta gama para IA y supercomputación a China. Las críticas suelen ser las siguientes:

Aunque el razonamiento de esta crítica es sólido, no implica que las acciones de la administración Biden sean contraproducentes. Más bien, muestra cómo la política, tal y como se dio a conocer en septiembre, era incompleta. Una política de este tipo no tendría sentido si ese fuera el único paso que la administración planeaba dar. Está claro que faltaba algo, y los expertos del sector han estado esperando que caiga el otro zapato desde entonces.

China contra EE.UU.

“Las sanciones nunca son la forma fundamental y efectiva de resolver los problemas”, escribió a la VOA Liu Pengyu, portavoz de la Embajada de China en Washington, en un correo electrónico. Desde 2011, dijo Liu, Estados Unidos ha impuesto más de 100 sanciones a Rusia sin resolver ningún problema.

“China decide su propia posición y política basándose en los méritos del propio asunto”, dijo. En cuanto a Rusia y Ucrania, Liu dijo que “seguiremos desempeñando un papel constructivo en la búsqueda y el logro de la paz”.

Aunque la oposición de Pekín a las sanciones y los planes de China de comprar más productos rusos ayudarán a su vecino del norte, la economía actual de Moscú sigue dependiendo más de los países occidentales que de China, según los expertos.

El jefe de regulación bancaria de China, Guo Shuqing, dijo el 2 de marzo que su país evitaría las sanciones financieras impuestas por Occidente contra Rusia. Guo indicó que China, que se ha mostrado neutral en la guerra de casi dos semanas entre Rusia y Ucrania, evitaría cambiar sus relaciones comerciales y financieras con Rusia o con Ucrania.

Sanciones económicas

Washington está sopesando la posibilidad de sancionar a la empresa tecnológica china Hikvision por violaciones de los derechos humanos en virtud de la Ley Magnitsky, según informan los medios de comunicación el miércoles. El gobierno estadounidense lleva varios años imponiendo numerosas restricciones al sector tecnológico chino, por lo que esta historia es fácil de pasar por alto. Pero esta vez es diferente. Las sanciones que se están considerando para Hikvision marcarían una profunda escalada de las tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China, un nuevo punto de inflexión quizás similar a la campaña de gran alcance de la administración de Donald Trump contra Huawei. El presidente Joe Biden debería dar marcha atrás urgentemente.

Hikvision es un gran fabricante chino de equipos de videovigilancia que cotiza en bolsa. Tiene una importante presencia mundial, con ventas internacionales a organismos gubernamentales y empresas privadas en más de 180 países (incluido Estados Unidos). Al igual que otras empresas tecnológicas chinas de alto perfil, Hikvision se ha enfrentado a un creciente escrutinio en los últimos años. Entre los principales motivos de preocupación en Washington y en otros lugares se encuentran la escasa seguridad cibernética y de datos de Hikvision, su condición de empresa estatal china, receptora de subvenciones y denominada campeona nacional, su trabajo con el Ejército Popular de Liberación, su participación en la vigilancia masiva china y sus ventas a regímenes represivos.

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