CÁCERES TORRES PALACIOS Y LEYENDAS (CEE PROA)
La casa domina discretamente su emplazamiento, apoyada en la ladera junto a unas hermosas encinas preexistentes y con vistas al paisaje y a la ciudad de Cáceres. Pero incluso desde esta posición dominante, la casa es respetuosa con su entorno natural-artificial, y establece vínculos formales y constructivos con su entorno inmediato y con el centro histórico de Cáceres.
Dentro de sus limitadas dimensiones, la casa es como un palacio para sus usuarios, pues encarna un carácter noble gracias a la sencillez de su esquema funcional y a la rigurosa construcción tradicional del volumen.
El exterior de la casa es un sencillo volumen prismático de planta cuadrada cuyos lados miden 17,40 metros y sus muros están construidos con piedra cuarcita local. Cada uno de los lados del prisma tiene tres ventanas de forma cuadrada, enmarcadas con piedra de granito de la región de Extremadura.
En el interior, nueve espacios cúbicos de 4,20 metros de lado acogen los diferentes usos de la casa: salas de estar, dormitorios, cocina y comedor. Entre estas estancias se sitúan los espacios de servicio, como baños y trasteros. Cada una de las nueve habitaciones está construida sobre dos capas diferenciadas: una capa inferior de paneles de madera de roble, tras la que se ocultan las instalaciones y los espacios de servicio, y una capa superior consistente en una artesa de hormigón blanco, sin mecanismo integrado ni sistema de iluminación.
MARBELLA DETRAS DEL OBJETIVO, CARLOS CÁCERES
Un hombre y una mujer han sido detenidos en Croacia como sospechosos de robar 45 botellas de vinos finos y raros valorados en la asombrosa cifra de 1,3 millones de libras (1,6 millones de euros) del restaurante Atrio, galardonado con dos estrellas Michelin en España, tras una persecución de nueve meses por toda Europa.
La mujer distrajo a un miembro del personal pidiéndole más comida después de que la cocina hubiera cerrado, mientras el hombre se dirigía a la bodega, utilizaba una llave maestra para entrar y se llevaba tres mochilas llenas de vino.
“Más que un robo, es como si nos hubieran forzado, amordazado y golpeado. Sentimos una inmensa tristeza. Lo peor es que no nos han robado dinero, ni siquiera objetos, nos han arrancado nuestra historia del corazón”.
TP: Cocinando con Sandra Caceres “Pollo Relleno” IV
Hotel Villa Cáceres. Situado en la Avenida Magsaysay, a lo largo de la famosa franja de entretenimiento y restaurantes de Naga City, el Hotel Villa Cáceres define un nuevo estándar de lujo y confort para su clientela que con razón puede llamarse “La Gema de Bicolandia”.
Desde su creación en 1993, el Hotel Villa Cáceres ha recorrido un largo camino para ofrecer a sus huéspedes lo mejor que Bicolandia puede ofrecer. Desde comodidades de primera clase hasta un servicio sin concesiones, pasando por un gran vestíbulo de inspiración victoriana y un gran centro de convenciones sin parangón tanto en escala como en funcionalidad.
Adán Cáceres se queja de que lo tratan como “criminal de
Forner nació en Valencia en 1925, pero pasó sus años de formación en Francia, adonde la familia Forner se trasladó en 1936 después de que los nacionalistas del general Franco derrotaran a los republicanos en la Guerra Civil española.
Durante su estancia en Burdeos, Enrique (entonces conocido como Henri) Forner estudió en la universidad con el gran enólogo Emile Peynaud, y fue éste quien le aconsejó cuando en 1964 decidió volver a España para abrir una bodega.
Como no poseía más de dos hectáreas de viñedos, Forner dio a los viticultores locales participaciones en la explotación a cambio de uvas, mientras que un amigo de la familia de Valencia, Don Vicente Noguera y Espinosa de los Monteras, el Marqués de Cáceres, permitió que se utilizara su nombre a cambio de un pago anual a una organización benéfica de su elección.
Es interesante especular sobre lo que debieron de pensar sus vecinos cuando Forner instaló sus nuevos y relucientes depósitos; quizás sacudieron la cabeza, como habían hecho sus bisabuelos en la época de Murrieta y Riscal [pioneros en el siglo XIX, ambos fundados también por exiliados bordeleses], y expresaron la sensación de que, aunque los vinos eran muy buenos, no eran Rioja”.